
La 'niña salvaje': la inquietante historia de una menor encerrada por su padre por más de una década

El caso de Genie Wiley, conocida como la 'niña salvaje' de EE.UU. es uno de los peores casos de abuso infantil y aislamiento social extremo, que resalta la importancia del entorno en el desarrollo humano.
Genie nació en 1957 en California y pasó toda su infancia y parte de su adolescencia encerrada en una habitación, aislada y maltratada durante más de una década. Pasaba la mayor parte del día atada y desnuda a un urinal, solo podía mover las manos y los pies. Cuando hacía ruido, su padre la golpeaba y la poca interacción con ella era para ladrar o gruñir.
La historia de la menor salió a la luz el 4 de noviembre de 1970, cuando una trabajadora social descubrió a la adolescente de 13 años después de que su madre buscara servicios de salud. Fue entonces cuando las autoridades abrieron una investigación, que reveló rápidamente el trágico y perturbador pasado de la familia.

Un hombre violento con un historial de traumas
Desde los 20 meses, su padre Clark Wiley, convencido de que su hija tenía un retraso mental, la aisló completamente en una habitación sellada con chapas de metal, con una ventana tapada que dejaba pasar solo un rayo de luz. No se le permitía hacer ruido, y cualquier infracción resultaba en severos castigos físicos. Además, su dieta consistía principalmente en comida para bebés y cereales, lo que la dejó severamente desnutrida, pesando solo 26 kilos a los 13 años.
Clark era un hombre violento con un historial de traumas personales. También controlaba al resto de la familia con amenazas, incluyendo el uso de una pistola. Su madre fue asesinada por un conductor ebrio y él cayó en una paranoia, con la que se desquitó con sus hijos.
La madre de Genie, Irene, estaba casi ciega debido a un problema de cataratas, y su hermano mayor, John, vivían bajo el mismo régimen de terror, con interacciones mínimas con Genie por órdenes de su propio padre.
Una "oportunidad" para la ciencia
El caso de Genie atrajo la atención de psicólogos, lingüistas y neurocientíficos, ya que representaba una oportunidad única para estudiar el impacto del aislamiento extremo en etapas tempranas de la niñez para el desarrollo lingüístico, cognitivo y social de los seres humanos. La niña, privada de estímulos lingüísticos durante este período, no había desarrollado habilidades verbales más allá de balbuceos y unas pocas palabras.

Cuando aprendió a hablar años después, la propia Genie se sinceró de forma desgarradora sobre el abuso en un inglés deficiente.
"Papá golpeó el brazo", dijo.
Genie tenía 13 años, pero tenía la edad mental de un bebé y, después de exámenes exhaustivos, los expertos dijeron que demostraba el caso más grave de abuso infantil registrado.
Bajo el cuidado del Instituto Nacional de Salud Mental (NIMH) y un equipo liderado por el psicólogo David Rigler y la lingüista Susan Curtiss, Genie mostró avances iniciales. Aprendió a usar el baño, vestirse sola, disfrutar de la música y combinar palabras en frases cortas. Sin embargo, nunca logró desarrollar estructuras gramaticales complejas, lo que reforzó la hipótesis del período crítico.
Su progreso social también fue limitado: aunque mostraba curiosidad por su entorno, su capacidad para formar vínculos afectivos estaba profundamente afectada.
Genie sale a la luz
El descubrimiento de Genie ocurrió por casualidad cuando Irene huyó del abuso llevándose a su hija. Debido a su problema de cataratas, por error entró en la oficia de asistencia social equivocada, buscando una pensión por discapacidad.
La trabajadora social que las atendió notó el estado frágil y desconcertante de Genie: no hablaba, caminaba encorvada con movimientos torpes y mostraba un comportamiento que reflejaba años de privación sensorial y social.
Clark Wiley fue acusado por el trato dado a su hija, pero se suicidó antes de enfrentar el juicio, dejando una nota que decía: "El mundo nunca lo entenderá". Por su parte, Irene fue exonerada, pero perdió la custodia de sus hijos.

Controversias éticas
El caso de Genie planteó dilemas éticos significativos. Los científicos enfrentaron críticas por priorizar la investigación sobre el bienestar emocional de Genie. A pesar de los intentos para ayudarla, la menor enfrentó enormes desafíos.
En 1974, cuando el NIMH retiró los fondos debido a problemas con la recolección de datos, Genie fue trasladada a varios hogares adoptivos. En algunos de estos, sufrió nuevos abusos, incluyendo castigos severos que la llevaron a retroceder. Estos episodios agravaron su incomunicación y pérdida de habilidades lingüísticas.
En 2016, se informó que Genie vivía en una institución estatal de atención para adultos con discapacidades en el sur de California, con su ubicación exacta protegida para preservar su privacidad.
La historia de la niña fue contada en periódicos y boletines de televisión de todo el mundo. Incluso dio origen a un documental ganador de un Emmy, 'Secret of the Wild Child' (1994).
Su caso sigue siendo una referencia clave en psicología y lingüística, ilustrando los límites de la rehabilitación tras un aislamiento extremo y la importancia de la intervención temprana en casos de abuso infantil.

