EE.UU. acusa a China de llevar un "juego de culpas" y "tergiversar" la naturaleza de las conversaciones con Washington
La Oficina del Representante de Comercio de EE.UU. y el Departamento del Tesoro de EE.UU. a través de una declaración conjunta publicada este lunes han expresado la decepción de Washington por la decisión de Pekín de publicar este 2 de junio el 'libro blanco', así como por las "recientes declaraciones públicas para perseguir un juego de culpas que tergiversa la naturaleza y la historia de las negociaciones comerciales entre ambos países".
Según la parte estadounidense, "el presidente Trump está comprometido a tomar medidas para abordar las prácticas comerciales desleales que China ha llevado a cabo durante décadas, lo que ha contribuido a un déficit comercial persistente e insostenible, de casi 420.000 millones de dólares el año pasado, y ha causado graves daños a los trabajadores, agricultores, ganaderos y empresas estadounidenses".
De acuerdo al documento, en agosto del 2017 bajo las instrucciones del presidente, el representante de Comercio de EE.UU., Robert Lighthizer, llevó a cabo una investigación de las prácticas de China relacionadas con los derechos de propiedad intelectual, la innovación y el desarrollo tecnológico.
"Después de recibir y considerar el extenso testimonio de audiencia y otras pruebas sobre una investigación que duró siete meses, Estados Unidos emitió un informe de 200 páginas en marzo del 2018 que documenta cómo China había participado en prácticas comerciales desleales, incluida la transferencia de tecnología forzada, falló en proteger los derechos de propiedad intelectual estadounidense, y condujo y apoyó el robo cibernético a compañías estadounidenses, privándoles de información comercial confidencial y secretos comerciales".
De acuerdo a estas supuestas actividades de China —que Pekín ha negado rotundamente en varias ocasiones—, Estados Unidos y sus negocios perdieron "cientos de miles de millones de dólares cada año".
"Sobre la base de estos hallazgos", el presidente ordenó a la Oficina del Representante de Comercio de EE.UU. "desafiar las prácticas comerciales desleales de China en la Organización Mundial de Comercio, pero también imponiendo aranceles a China para compensar los daños a la industria de EE.UU. causados por la conducta de China".
"En respuesta, en lugar de trabajar de manera constructiva para abordar nuestras preocupaciones, China […] tomó represalias, imponiendo aranceles injustificados a las exportaciones estadounidenses, y Estados Unidos respondió con aranceles adicionales", indican desde Washington.
El comunicado evoca que las actuales negociaciones entre Washington y Pekín se iniciaron después la reunión de los presidentes Trump y Xi en Buenos Aires (Argentina) en diciembre del 2018, cuando el líder de EE.UU. pospuso por 90 días el aumento de los aranceles sobre las importaciones procedentes de China, que estaba programado para entrar en vigor el 1 de enero de 2019. El documento hace hincapié en que Trump de nuevo extendió el aplazamiento en marzo pasado, "porque las partes parecían estar progresando en sus conversaciones".
"Tras meses de arduo trabajo y discusiones sinceras y constructivas, las partes llegaron a un acuerdo sobre una serie de cuestiones importantes. Sin embargo, al concluir los temas importantes finales, China se alejó de las disposiciones previamente acordadas", lo que sirvió de motivo para que EE.UU. avanzara con el aumento de tasas y aranceles previamente anunciados, concluye el documento.
El 'libro blanco' de Pekín
El Gobierno chino advirtió este domingo en un informe oficial que la guerra comercial entre Pekín y Washington está perjudicando al mundo y a la propia economía estadounidense, al tiempo que señala a EE.UU. como único culpable del estancamiento de las negociaciones entre ambos países.
El 'libro blanco', publicado por la Oficina de Información del Consejo de Estado del gigante asiático bajo el título 'La posición china sobre las consultas económicas y comerciales entre China y EE.UU.', tacha de "totalmente infundadas" las acusaciones de Washington contra Pekín por retractarse de sus promesas en las negociaciones.
En cambio, el documento sostiene que Washington "debe asumir la única y total responsabilidad" por el "grave retroceso" de las conversaciones, ya que, a pesar de los esfuerzos de la parte china para llegar a un acuerdo, "cuanto más se ofrece al Gobierno de EE.UU., más quiere", recurriendo a la intimidación y la coacción.
"El acoso comercial"
El informe indica que las medidas arancelarias de Washington no solo "no han impulsado el crecimiento económico de EE.UU.", sino que "han causado un daño grave a la economía de Estados Unidos". En particular, el Gobierno chino se refirió a los mayores costos de producción y al aumento de precios al consumidor en Estados Unidos.
"La guerra comercial no ha hecho a EE.UU. 'grande de nuevo'", sentencia el documento, evocando el eslogan de las elecciones de 2016 del presidente estadounidense, Donald Trump.
Además, "el acoso comercial de EE.UU. daña al mundo", denuncia el informe, que explica que las medidas de Washington afectan a las cadenas industriales y de suministro mundiales.
"China no cederá bajo presión"
Más allá de las críticas, el documento afirma que Pekín sigue "comprometido con consultas creíbles basadas en la igualdad y el beneficio mutuo", al tiempo que advierte que "no cedería terreno en cuestiones de principio".
"China no cederá bajo presión y se enfrentará a cualquier desafío que se le presente", promete el informe, para advertir que Pekín "está abierto a la negociación y que también luchará hasta el final si es necesario".