"No somos perversos": López Obrador rechaza involucrar a Salinas de Gortari en histórico magnicidio

El mandatario de México, Andrés Manuel López Obrador, rechazó este jueves que su Gobierno haya influido de alguna manera en el amparo que permitirá la liberación de Mario Aburto, el asesino confeso del candidato presidencial Luis Donaldo Colosio, magnicidio ocurrido en 1994.

También negó de manera tajante que pretenda usar el caso para sacar réditos electorales en los comicios presidenciales del próximo año, tal y como acusan periodistas opositores que han señalado que López Obrador quiere que, una vez que esté en libertad, Aburto involucre al expresidente Carlos Salinas de Gortari en el crimen.

"Que no se preocupe el licenciado Salinas porque no tenemos ese plan, ni somos perversos, ni actuamos de esa manera", aseguró ante la creciente polémica que rodea a uno de los magnicidios que ha marcado la historia reciente de México.

El 23 de marzo de 1994, en medio de un acto de campaña en el estado de Baja California, Luis Donaldo Colosio, el candidato presidencial del hasta entonces invencible Partido Revolucionario Institucional (PRI), murió de dos disparos, rodeado de una muchedumbre.

En ese mismo momento fue detenido Mario Aburto Martínez, un hombre que luego fue condenado a 45 años de prisión, es decir, que debería cumplir su pena hasta 2039.

Sin embargo, la semana pasada un tribunal revocó esta sentencia al considerar que se basó en el Código Penal Federal y que el asesinato debió haberse sancionado con base en las leyes locales de Baja California, donde se cometió el crimen, y que otorga una pena máxima de 30 años.

Desmentidas 

"Todos los de las páginas del conservadurismo (dicen) que vamos a usar el caso porque suponemos que Salinas es el jefe del bloque conservador, y si Aburto se lanza en contra de Salinas y Salinas va a la cárcel, les va a perjudicar en la elección del año próximo y nosotros vamos a ganar. ¿Será que tienen la mente retorcida?", cuestionó el mandatario ante las versiones que se replican en la prensa.

Advirtió, además, que todo lo que tiene que ver con Aburto es responsabilidad del Poder Judicial, no del Gobierno.

"Ni modo que ahora que están muy buenas las relaciones con el Poder Judicial estemos nosotros de común acuerdo planeando una estrategia perversa de este tipo", ironizó al recordar que desde hace tiempo mantiene una fuerte confrontación con jueces, por lo que la teoría de la oposición no tendría sentido.

Por el contrario, López Obrador sugirió que incluso podría intervenir pero para saber si de verdad es pertinente o no que Aburto quede libre.

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"Hoy le pedí a la secretaria de Gobernación (Luisa María Alcalde) que vea este asunto, que vea qué recursos legales tenemos, qué podemos hacer, porque independientemente de que el señor Aburto tiene derecho a ser protegido por la ley, no es un asunto nada más legal", dijo.

El presidente explicó que, aunque el asesinato ocurrió en Baja California, se trata de un crimen de Estado que debe ser tratado como tal ya que involucró a un candidato a la presidencia.

"Si el señor Aburto considera que está siendo tratado de manera injusta y hay interés en perjudicarlo y es inocente, tiene toda la oportunidad de hablar, que se manifieste, ayudaría mucho porque esas cosas no deben repetirse nunca", dijo.

Una cita

El presidente reveló que él sostuvo una reunión con Colosio apenas dos días antes de que lo mataran.

"Conocí a Colosio y cené con él el 21 de marzo de 1994, y lo asesinaron cobardemente el 23. Él quería hablar conmigo. Fue una plática importante como de dos horas. Al día siguiente se fue a su gira", recordó al reiterar el dolor que le produjo su muerte.

"Imagínense, habíamos hablado de política, del por qué había que cambiar la política neoliberal, yo le decía que la política neoliberal no era alternativa para el pueblo de México y había que darle más importancia a la inversión pública y a la industria de la construcción para reactivar la economía y crear empleos y mejorar la distribución de la riqueza", explicó.

López Obrador señaló que la noticia de su asesinato fue "muy impactante, muy dolorosa" para todos los mexicanos, a lo que luego se sumaron las teorías conspirativas de si Aburto era o no el asesino, de si era el mismo hombre que habían detenido en el momento del crimen o lo habían sustituido, de si había tenido cómplices materiales o intelectuales.

"Llegué a la conclusión de que se trató de un crimen de Estado y si no hay voluntad, estos crímenes llevan mucho tiempo que se puedan esclarecer", dijo.

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