Conclusión incómoda: Un medicamento para retrasar el envejecimiento termina acelerándolo

El magnate tecnológico estadounidense, Bryan Johnson, de 47 años, compartió los efectos secundarios que experimentó después de cometer un gran error, tomando un medicamento para retrasar el envejecimiento. 

Se trata de la rapamicina, un potente inmunosupresor utilizado originalmente en pacientes que necesitaban un trasplante de órganos. La rapamicina se probó en ratones, y los experimentos revelaron que se podía aumentar su esperanza de vida. A lo que siguieron experimentos en otros animales, y luego en humanos. El propio Johnson experimentó con el medicamento durante cuatro años, eligiendo cuidadosamente la dosis a fin de maximizar los beneficios y minimizar los riesgos.

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Según el propio empresario tecnológico, no hubo ningún beneficio, sino empezaron a aparecer los efectos secundarios que le molestaban, entre ellos "úlceras en la boca, o tal vez una herida no cicatrizaba lo suficientemente rápido, mi análisis de sangre mostró que había alteraciones del colesterol, mi glucosa en sangre aumentó un poco".

"Después, quizás lo que más dolió, aumentó mi frecuencia cardiaca en reposo, que, como saben, por ver mis videos, es el biomarcador más importante que sigo todos los días porque es lo que más influye en la determinación de la calidad de mi sueño", añadió Johnson. Tras suspender la medicación, desaparecieron todos los efectos secundarios.

Sin embargo, el empresario no se desanima, y lo ve como "parte del método científico".  "La conclusión aquí no es probar cosas nuevas, es compartir las cosas, funcionen o no, de esta manera, todos aprendemos", aseguró Bryan Johnson.