
La razón por la que Bolívar ganó el título más glorioso que "el cetro de todos los imperios de la tierra"

Cuando se habla de Simón Bolívar, se le llama indistintamente por su apellido o por uno de los títulos que lo han acompañado en la posteridad y que lo definen plenamente: Libertador.
El 23 de mayo de 1813, Bolívar entró a la ciudad de Mérida (actual estado del mismo nombre). Durante ese año había estado al frente de la Campaña Admirable —una gesta que marcó un punto de inflexión en la guerra de independencia— desde la Nueva Granada, donde se exilió tras la pérdida de la primera República en Venezuela.
Como parte de esta maniobra militar de largo aliento que buscaba hacerse con el occidente venezolano, Bolívar arribó a Mérida, uno de los estados occidentales atravesado por la cordillera de los Andes.

La entrada triunfal a Mérida
Una vez en Mérida, fue aclamado por el pueblo como Libertador, que lo recibió entre vítores. Esa ciudad había sido parcialmente destruida por un terremoto en 1812, por lo que su llegada causó gran emoción entre la población, que vivía entre ruinas.
El escritor e historiador merideño Tulio Febres-Cordero (1860-1938) publicó un texto cargado de poesía para referirse a la presencia del Libertador en su terruño, recoge Frontera Digital:
En una hermosa mañana de mayo, el mes de las flores por excelencia, la ciudad melancólica se alegra, sus desiertas calles se llenan de gente, las campanas se echan al vuelo, y en los balcones y ventanas de sus casas semiarábigas, brillan ardientes y seductores entre dulces sonrisas, los negros ojos de recatadas doncellas, que esperan anhelantes el desfile de la vistosa comitiva, donde viene el guerrero afortunado, el caballero de la Torre de Plata y de la Celeste Espada. Es Bolívar que llega.

Febres-Cordero, en su texto, agregó que Bolívar fue recibido "en asamblea pública" en la casa Consistorial, tanto por "patricios, togados y sacerdotes, revestidos de imponente gravedad y con los corazones henchidos de gratitud y simpatía".
Ante esta bienvenida, el Libertador pronunció un "breve y elocuente discurso", donde destacaba: "Permitidme señores expresar los sentimientos de júbilo que experimenta mi corazón al verme rodeado de tan esclarecidos y virtuosos ciudadanos, los que formáis la representación popular de esta patriótica ciudad, que por sus propios esfuerzos ha tenido la dicha de arrojar de su seno a los tiranos que la oprimían".
Tras estas palabras, prosigue Febres-Cordero: "y enseguida aquella asamblea de próceres y todo el pueblo, agolpado frente a la casa Consistorial, gritaron: '¡Viva Bolívar!' '¡Viva El Libertador!', quedando así con este calificativo el futuro fundador de cinco naciones soberanas".
Sobre su arribo, el propio Bolívar escribió el 24 de mayo de 1813: "Ayer he tenido la satisfacción de entrar a esta ciudad, capital de la Provincia de Mérida, donde se hallaban ya la vanguardia, centro y retaguardia del Ejército".

El Libertador de América
Este título de 'Libertador de Venezuela' fue otorgado oficialmente a Bolívar el 14 de octubre de ese año por la Municipalidad de Caracas. Días después, escribió Bolívar: "Vuestras señorías me aclaman capitán general de los Ejércitos y Libertador de Venezuela: título más glorioso y satisfactorio para mí, que el cetro de todos los imperios de la tierra".
La razón para otorgarle esa distinción, según las autoridades de la Municipalidad, fue su victoria y el "haber dejado deshechas y aniquiladas las fuerzas enemigas que vinieron últimamente de España", según la Biblioteca Cervantes.