
"Que luego haga declaraciones": Alcalde de Hiroshima invita a Trump a visitar la urbe para entender el horror nuclear

El alcalde de Hiroshima, Kazumi Matsui, señaló este miércoles que Donald Trump debería visitar la ciudad japonesa para conocer de primera mano las devastadoras consecuencias del uso de armas nucleares.
La invitación surgió luego de que el inquilino de la Casa Blanca comparara los bombardeos atómicos de 1945 del entonces presidente de EE.UU. Harry S. Truman con los recientes ataques aéreos en Irán, declaraciones que fueron recibidas con preocupación en Japón.

"Me parece que [Trump] no comprende completamente la realidad de los bombardeos atómicos, que, cuando se recurre a ellos, acaban con la vida de muchos ciudadanos inocentes, sin importar si eran amigos o enemigos, y amenazan la supervivencia misma de la humanidad", declaró Matsui ante la prensa, dejando claro que las armas nucleares no pueden equipararse a los ataques militares convencionales.
"Deseo que el presidente Trump visite la zona bombardeada para ver la realidad del ataque nuclear y sienta el espíritu de Hiroshima, y que luego haga declaraciones", afirmó.
Trump manifestó el pasado miércoles que la ofensiva de Washington contra la infraestructura nuclear iraní puso fin al conflicto entre Teherán y Tel Aviv y lo comparó con los ataques contra Hiroshima y Nagasaki.
"Ese golpe puso fin a la guerra. No quiero usar el ejemplo de Hiroshima. No quiero usar el ejemplo de Nagasaki. Pero fue esencialmente lo mismo. Aquel impacto acabó con aquella guerra y este con esta", expresó. "Si no lo hubiéramos eliminado, ahora estarían luchando", sostuvo.
La cruda realidad de los bombardeos de Hiroshima y Nagasaki
EE.UU. llevó a cabo el primer bombardeo atómico en el mundo el 6 de agosto de 1945, destruyendo la ciudad japonesa de Hiroshima. Tres días después dejó caer otra bomba nuclear sobre Nagasaki.
Cuando Truman ordenó aquellos bombardeos, tenía en mente objetivos militares y soldados como blancos. No obstante, el día del ataque contra Hiroshima el cielo pareció explotar, los pájaros se quemaron en pleno vuelo, el asfalto estaba hirviendo, y entre 70.000 y 80.000 personas murieron en el acto. Pese a ello, Truman prometió a los japoneses una lluvia de ruinas desde el aire como nunca se había visto en esta tierra si no aceptaban sus términos.
No se sabe a ciencia cierta si Truman se arrepintió en algún momento de su vida de su decisión de usar armas nucleares. Nunca eludió responsabilidad personal, pero tampoco se disculpó.
Si bien aseguró que no usaría bombas en conflictos posteriores y también afirmó que sí lo haría si estuviera ante las mismas circunstancias que las de Japón en 1945, se desconoce si finalmente se arrepintió o no de lo que hizo en Hiroshima y Nagasaki, pero desde luego era una carga pesada de llevar. Hablando de sí mismo como presidente, Truman dijo: "Y solo él, en todo el mundo, debe decir sí o no a esa pregunta asombrosa y definitiva: ¿Debemos lanzar la bomba sobre un objetivo vivo?".