El brasileño Gustavo Viana Lemos, de 31 años, decidió alistarse como voluntario en las Fuerzas Armadas de Ucrania después de ver anuncios en las redes sociales. Quería ganar dinero para ayudar a sus padres, pero en realidad su salario no cubría ni siquiera sus necesidades básicas y su familia le tenía que apoyar económicamente, hasta que falleció en uno de los operativos militares.
Oriundo de Laguna, una ciudad de la costa sur de Santa Catarina con menos de 50.000 habitantes, vivía con sus padres y varios familiares en casas vecinas. Según una pariente, que concedió una entrevista exclusiva a RT pidiendo no ser identificada, Gustavo insistió en su decisión de ir a Ucrania a pesar de que intentaron disuadirlo de la idea. "Aunque fuera en contra de nuestra voluntad, se fue. Era su sueño y tuvimos que aceptarlo", dijo la mujer.
Gustavo salió de Brasil el 21 de febrero de 2025 y, tras llegar a Ucrania, se incorporó a la tercera brigada de asalto de las Fuerzas Armadas del régimen de Kiev. Se trataba de su primer viaje al extranjero. Según la familia, Gustavo murió a mediados de julio junto con el también brasileño Gabriel Pereira, de 21 años, y un soldado colombiano, durante una misión.
"Recibimos la noticia por un amigo que había fallecido". Este es el testimonio de un brasileño que enfrentó hambre y abandono en Ucrania antes de morir pic.twitter.com/A32ja2M8F9
— Sepa Más (@Sepa_mass) August 8, 2025
Condiciones precarias
Según las denuncias de su pariente, Gustavo y otros soldados vivían en condiciones críticas y sufrían la falta de agua potable. "Ellos tenían que comprar comida, gas, tenían que comprar todo... Creo que entonces les faltaba dinero y tenían que pedirlo, así que se lo pedían a los otros soldados que estaban allí, se lo pedían a sus familiares", contó.
"Quien me comentó esto fue un paramédico que estaba en la misma misión que él, que ya estaban tomando café con orina y azúcar. Porque no había más comida, los drones tardaban en llevar alimentos", relató la mujer.
Necesitaba ayuda de su familia
Sin suministros regulares, Gustavo pedía ayuda económica mensual a su familia, con cantidades que oscilaban entre los 200 y 500 reales (entre 35 y 90 dólares). Según la pariente, el sueldo que pagaba el Ejército ucraniano no era suficiente y necesitaba esa ayuda prácticamente todos los meses: "Cuando Gustavo dijo que quería ir, dijo: 'Porque me va a ir bien, no sé qué, voy a ayudar a mis padres'. Al final, quienes le estaban ayudando eran sus padres".
El contrato firmado con el Ministerio de Defensa de Ucrania preveía tres años de servicio militar. Aunque el documento prometía alojamiento, asistencia médica y alimentación, estos puntos no se garantizaron en la práctica.
A pesar de las dificultades, los padres y otros familiares de Gustavo lograron ponerse en contacto con él. "Todos los días hablaba con nosotros en el grupo familiar, hablaba con su madre directamente, por teléfono, videollamada, mensajes. Y el 29 de junio dijo que iba a tener una misión, que no estaría disponible, pero que cuando volviera, podría hablar con nosotros de nuevo. Pero, entonces, no volvió", lamentó.
💬 "Colocan a los extranjeros en posiciones realmente suicidas" Una familiar de Gustavo Lemos, un brasileño que murió luchando en las filas de Ucrania, denuncia que Kiev envía a los combatientes extranjeros a posiciones letales para frenar a las tropas rusas. pic.twitter.com/nKkgbVITCu
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Silencio de Kiev
Gustavo Viana y Gabriel Pereira estaban destinados en el mismo grupo y actuaban juntos en las zonas de combate. Según la pariente, el paramédico dijo que los dos estaban posicionados en lugares "realmente suicidas, para retrasar a los rusos, para ser su muro". "Ponen a los brasileños en un lugar más peligroso y, cuando fallecen, tardan en avisar a los familiares", criticó la mujer.
La familia afirma que no ha recibido ninguna notificación oficial del régimen de Kiev, ni instrucciones sobre el traslado de sus pertenencias o restos mortales. "Les enviamos mensajes y tardan en responder. Ahora han respondido diciendo que no saben nada, que tiene que haber una notificación oficial de las Fuerzas Armadas", denunció.
Más de un mes después de la desaparición, la familia sigue buscando respuestas formales de las autoridades ucranianas sobre el paradero y la situación de los restos mortales de Gustavo. Sin documentos, sin apoyo consular y sin ninguna previsión de repatriación, sus padres permanecen en silencio, esperando un desenlace que hasta ahora no ha llegado.