Este jueves se conoció el voto que define el juicio al que se enfrentaba el expresidente de Brasil, Jair Bolsonaro, acusado de varios delitos, incluido una intentona golpista, cuando fue derrotado en las elecciones presidenciales por Luiz Inácio Lula da Silva. El Superior Tribunal Federal (STF) se pronunció por mayoría de votos —4 de 5— a favor de la condena al expresidente, sus excolaboradores y militares.
Esta jornada, la jueza Cármen Lúcia dijo que hay "prueba cabal" de que Bolsonaro lideró una organización criminal con el objetivo de evitar la asunción del nuevo Gobierno en 2023. Luego fue el turno de Cristiano Zanin, el último en emitir su voto en concordancia con la colega que lo precedió.
El martes dos magistrados, de los cinco que componen la sala del tribunal que le ha juzgado, votaron a favor de condenar al expresidente. El miércoles llegó la sorpresa, cuando un tercer magistrado emitió un contundente voto discrepante, partidario de la absolución total.
El juez Luiz Fux argumentó que el Tribunal Supremo no era el órgano competente para juzgar el caso y por otro que el político debía ser absuelto de los cinco delitos que se le imputaban por falta de pruebas.
Por su lado, la magistrada Cármen Lúcia alegó que desde 2021 surgieron "nuevos focos de aflicción sociopolítica" en el país suramericano "derivados de estrategias y prácticas dirigidas a objetivos espurios", que "han comprometido o conducido a intentos de abolición del Estado democrático de derecho e intentos de golpe de Estado, en una secuencia encadenada y finalista".
Tras el voto definitorio, el diputado Eduardo Bolsonaro, hijo del exmandatario, reclamó una "amnistía amplia, general e irrestricta", como única manera para "pacificar a Brasil". En un video difundido en redes sociales, el legislador conservador aseveró: ""Queremos terminar con las persecuciones lideradas por (el juez supremo) Alexandre de Moraes y dar vuelta esa página de Brasil".
Acusado de organizar un Golpe de Estado
El expresidente se sentó en el banquillo acusado de cargos por integrar una organización criminal armada, intentar abolir violentamente la democracia, organizar un golpe de Estado y causar daños a bienes públicos y patrimoniales protegidos.
Esta causa mantiene al país sumido en la incertidumbre ante un proceso que está siendo difundido prácticamente en directo por los medios de comunicación. Así, las deliberaciones del tribunal Supremo han sido el motivo de protestas de los seguidores del expresidente Bolsonaro.
Sus defensores sostienen que se trata de una persecución política. Además, se da la circunstancia de que si la sentencia es apelada y su tramitación se prolonga, el desenlace del caso podría llegar cerca de las elecciones presidenciales de 2026, a las que Bolsonaro insiste en que se presentará como candidato.
Sin embargo, sobre el político de extrema derecha pesa una inhabilitación dictada en el marco de otro proceso judicial, por difundir bulos sobre el sistema electrónico de votación.
Durante todo el proceso los fiscales han sostenido que Bolsonaro, de 70 años, urdió y dirigió un amplio complot tras perder los comicios de 2022 con el objetivos de sembrar dudas infundadas sobre los resultados que dieron la victoria a su rival, otorgar poderes especiales a los militares y desmantelar los tribunales.
Para sus partidarios, por el contrario, la persecución política es clara y de lo que se trataba era de evitar que se pudiera presentar a los comicios del próximo año. Entre sus aliados, el presidente de EE.UU., Donald Trump, que ha llegado a utilizar la amenaza arancelaria para exigir al poder judicial brasileño la retirada de los cargos contra el expresidente.
A CASA BRANCAWASHINGTONAo HonorávelJair Messias Bolsonaro38º Presidente da República Federativa do BrasilBrasíliaPrezado Sr. Bolsonaro:Tenho visto o tratamento terrível que você está recebendo pelas mãos de um sistema injusto voltado contra você. Esse julgamento deve… pic.twitter.com/PizdNhT1RJ
— Jair M. Bolsonaro (@jairbolsonaro) July 17, 2025
Bolsonaro ha estado las últimas semanas acompañado en el banquillo de los acusados por siete miembros de su círculo íntimo, entre los que se encuentra su compañero de fórmula, Walter Braga Netto, que se enfrentan a las pruebas reunidas durante dos años, incluido el testimonio del secretario personal del político ultraderechista, Mauro Cid, que confesó a cambio de un acuerdo.
El viernes 12 de septiembre se conocerá la pena impuesta, que podría alcanzar hasta los 43 años en prisión, aunque también podría gozar de la prebenda del arresto domiciliario debido a ciertos problemas de salud y a su avanzada edad, según contempla la legislación brasileña.