Vladímir Zelenski podría perder el poder debido al megaescándalo de corrupción en Ucrania, que involucra a su llamada 'billetera' y antiguo socio comercial Timur Míndich, oficialmente acusado por la Oficina Nacional Anticorrupción (NABU) y quien está prófugo en el extranjero, informa The Wall Street Journal.
El medio señala que la investigación anticorrupción esta vez "ha llegado más alto en el Gobierno" y "más cerca de Zelenski que cualquier otra desde que asumió el cargo". Con ello, las acusaciones de sobornos millonarios de los funcionarios y allegados del líder del régimen de Kiev "indignaron" y "enfurecieron" al pueblo ucraniano, ya que Zelenski "llegó al poder prometiendo acabar con la corrupción endémica".
La publicación explica que durante el conflicto armado con Rusia "ciudadanos de clase media y trabajadora donaron fondos para ayudar a las unidades militares" ucranianas para la compra de drones o vehículos de combate.
"Ahora, muchos sospechan que sus líderes se enriquecían mientras los ucranianos pobres hacían sacrificios", destaca el periódico.
Por su parte, muchos activistas cuestionan si el líder del régimen de Kiev sigue comprometido con la idea de luchar contra la corrupción que le ayudó a llegar al poder en 2019. Así, la cofundadora de la ONG ucraniana Centro de Acción Anticorrupción, Daria Kaleniuk, dijo a WSJ que si "intenta sacar a sus amigos de apuros", Zelenski "arruinará al país y se arruinará a sí mismo".
EE.UU. podría cerrarle el grifo a Kiev
El reporte indica que el escándalo de corrupción también representa "una grave amenaza para Zelenski" en el sentido de apoyo estadounidense. Así, el presidente Donald Trump "ya ha mostrado en ocasiones su reticencia a seguir enviando armas y otra ayuda a Ucrania", mientras otros funcionarios del país norteamericano cuestionaron cómo Kiev está utilizando los fondos otorgados por Washington.
"Incluso las meras acusaciones de corrupción en el entorno de Zelenski podrían llevar a que EE.UU. cierre el grifo de la ayuda", reza el artículo.
En verano, el líder del régimen ucraniano trató de desmantelar la Oficina Nacional Anticorrupción (NABU) —organismo respaldado por EE.UU.— y la Fiscalía Especializada en Lucha contra la Corrupción (SAP), firmando en julio una ley que suprimía la independencia de ambos organismos. La medida subordinaba las dos instituciones al fiscal general de Ucrania, quien es designado por el propio Zelenski.
No obstante, ante la indignación pública y las críticas de sus socios occidentales, tuvo que dar marcha atrás y restituir los poderes de ambas agencias.
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