EE. UU. amplía y perfecciona el ‘muro de la vergüenza’ con México
Estados Unidos remodelará el muro en la frontera con México, cerca de la ciudad de Tijuana, haciéndolo más largo y resistente, según la patrulla fronteriza de California, que pretende así reducir más la inmigración ilegal desde el territorio mexicano.
Una nueva barrera de concreto resistente a la corrosión sustituirá a la valla actual. La construcción de un muro de 365 metros de largo y seis de altura costará 4,3 millones de dólares. Se estima que la construcción terminará en marzo del año próximo. Las autoridades estadounidenses destacan que una parte de 90 metros de la construcción saldrá al Océano Pacífico para impedir que los inmigrantes eviten el muro usando motos de agua, barcas o tablas de surf.
En realidad, “es irónico el intento de crear un muro en el mar, porque eso no va a detener el flujo migratorio”, opina Adriana Jasso, representante del Comité de Amigos Americanos. “La razón de la inmigración tiene que ver con una necesidad económica, una necesidad de trabajo, de reunificar familias”, explicó a RT.
Sin embargo, la idea de detener la inmigración ilegal construyendo muros parece ganar cada vez más popularidad en Estados Unidos. Así por ejemplo, en el estado de Arizona, donde los indocumentados son criminalizados por la polémica ley SB1070, las autoridades están recaudando dinero para construir una muralla fronteriza de 50 millones de dólares .
Es una “estrategia fallida”, sostiene Adriana Jasso porque “si una porción pequeña de tantos recursos humanos, tecnológicos y financieros se prestara a la reforma migratoria para que las personas puedan integrarse a la economía de EE. UU. de forma legal, no estaríamos en la situación actual”.
La iniciativa controvertida la lanzó el precandidato republicano a la presidencia estadounidense Herman Cain, que propuso construir un muro que emita descargas eléctricas “mortales” .
Sin necesidad de medidas tan severas, muchos nunca llegan a cumplir su 'sueño americano' en el territorio de EE. UU. Cada año cientos de personas fallecen en su intento de cruzar la frontera: unos mueren por deshidratación en el desierto o cruzando ríos tóxicos, otros caen víctimas de los carteles de narcotraficantes o incluso de la patrulla fronteriza. En este sentido, Jasso advierte de que “ya se puede hablar de una verdadera crisis humanitaria”.
Según las estadísticas, en Estados Unidos permanecen ahora unos 11 millones de inmigrantes ilegales. En varios estados, igual que en Arizona, ya entraron en vigor o se elaboran leyes muy duras contra los inmigrantes irregulares, normas que, según multitud de analistas, violan los derechos humanos e incluso pueden considerarse abiertamente racistas.