La muerte del Papa copto inquieta a los cristianos de Egipto ante el empuje del islamismo
El patriarca copto de Egipto, Shenuda III, líder espiritual de la mayor iglesia cristiana de Oriente Medio, ha muerto a la edad de 88 años. Su desaparición siembra de inquietud entre los miembros de su comunidad, preocupados por el avance del islamismo tras la defenestración el año pasado de Hosni Mubarak.
Según indicó la Iglesia copta, el Papa Shenuda III, que en los últimos años arrastraba problemas de salud, dejó recientemente de recibir tratamiento contra la insuficiencia hepática y los tumores de pulmón que padecía, porque estaba muy débil.
La noticia de su muerte causó consternación entre los coptos, que lo veían como el guardián de su minoría que vive en medio de una población musulmana mayoritaria en este país de más de 80 millones de habitantes.
"El papa era un hombre sabio. Era el padre de todos, hombre, mujer, viuda o huérfano. Hemos atravesado muchas crisis y en todo momento fue una fuente de sabiduría", declaró Emil Esam, un joven feligrés.
Los líderes musulmanes del país también expresaron sus condolencias por la muerte de Shenuda. El muftí del país, Ali Gomaa, tachó su fallecimiento de "calamidad que entristece a todo Egipto y a su noble pueblo, musulmanes y cristianos".
A su vez, el Vaticano se unió "al dolor y a las oraciones de los cristianos coptos" por la muerte del patriarca, cuyo funeral se celebrará el martes.