Actualidad
Mali: en primera línea de conflicto
La información sobre la guerra en Mali es milimétricamente controlada por el Gobierno militar del país, según cuenta el colaborador de RT Gonzalo Wancha desde la zona del conflicto.
El Gobierno militar malí aprovechó el foco mediático de la visita del presidente François Hollande
a Tombuctú de este fin de semana, adonde este último había llegado para escenificar la victoria de las tropas francesas sobre los terroristas islamistas, e hicieron por primera vez acto de presencia en las ciudades que más han sufrido los devastadores efectos de estos combates. Así, el ministro de Asuntos Humanitarios y Solidaridad del país, Mamadou Sidibé, se presentó en Konna, pero solo para decir que "la justicia está trabajando".
"Las investigaciones están siguiendo su curso, hasta el momento nadie ha dicho ni ha aportado pruebas, así que dejemos a la Justicia hacer su trabajo, el Gobierno de Mali, el pueblo y la Armada son conscientes", comunicó Sidibé.
Es difícil obterner testimonios de los abusos del Ejército en una sociedad que está estrictamente controlada por el poder militar, insiste, a su vez, el colaborador de RT Gonzalo Wancha. "Los rebeldes que han muerto bajo los bombardeos de la aviación son dos, el viernes fuimos todos juntos a enterrar a otro militar, íbamos todos juntos, somos civiles, y los rebeldes también van como civiles, entonces vimos venir la aviación y echamos a correr de vuelta a la aldea, los aviones dispararon y se encontraron con que estábamos casi todos juntos, nosotros huíamos para sobrevivir y el avión disparó creyendo que éramos rebeldes", confiesa Alí Kulbali, comerciante de Konna, uno de los pocos testigos que se atrevieron a hacer comentarios.
Por otro lado, el poder militar comete abusos también respecto a sus propios efectivos, sea por negligencia o por una infraestructura débil. Según comentó a RT un soldado raso que retornaba del sitio de Gao, a pesar de no tener salario, llevaba más de 15 días sin tener un plato de comida decente que llevarse a la boca.
"Creo que cada vez es más difícil hablar con la gente, muchos periodistas o activistas de derechos humanos que están intentando identificar testigos afirman que la gente está reclamando y sintiendo miedo, están atemorizados de hablar.
"Mucha gente aquí está aterrada y el Ejército de Mali parece estar haciendo todo lo posible para evitar que la gente hable abiertamente", insiste Philipe Bolivion, director de la rama malí de la ONG de defensa de los derechos humanos Human Right Watch.
Este domingo, un día después de la visita triunfal del presidente francés François Hollande, que prometió retirar en unas semanas sus tropas, 30 aparatos galos bombardearon masivamente la región de Kidal, último bastión de los grupos islamistas armados en el extremo norte de Malí, cerca de la frontera con Argelia.
"Las investigaciones están siguiendo su curso, hasta el momento nadie ha dicho ni ha aportado pruebas, así que dejemos a la Justicia hacer su trabajo, el Gobierno de Mali, el pueblo y la Armada son conscientes", comunicó Sidibé.
Es difícil obterner testimonios de los abusos del Ejército en una sociedad que está estrictamente controlada por el poder militar, insiste, a su vez, el colaborador de RT Gonzalo Wancha. "Los rebeldes que han muerto bajo los bombardeos de la aviación son dos, el viernes fuimos todos juntos a enterrar a otro militar, íbamos todos juntos, somos civiles, y los rebeldes también van como civiles, entonces vimos venir la aviación y echamos a correr de vuelta a la aldea, los aviones dispararon y se encontraron con que estábamos casi todos juntos, nosotros huíamos para sobrevivir y el avión disparó creyendo que éramos rebeldes", confiesa Alí Kulbali, comerciante de Konna, uno de los pocos testigos que se atrevieron a hacer comentarios.
Por otro lado, el poder militar comete abusos también respecto a sus propios efectivos, sea por negligencia o por una infraestructura débil. Según comentó a RT un soldado raso que retornaba del sitio de Gao, a pesar de no tener salario, llevaba más de 15 días sin tener un plato de comida decente que llevarse a la boca.
"Creo que cada vez es más difícil hablar con la gente, muchos periodistas o activistas de derechos humanos que están intentando identificar testigos afirman que la gente está reclamando y sintiendo miedo, están atemorizados de hablar.
"Mucha gente aquí está aterrada y el Ejército de Mali parece estar haciendo todo lo posible para evitar que la gente hable abiertamente", insiste Philipe Bolivion, director de la rama malí de la ONG de defensa de los derechos humanos Human Right Watch.
Este domingo, un día después de la visita triunfal del presidente francés François Hollande, que prometió retirar en unas semanas sus tropas, 30 aparatos galos bombardearon masivamente la región de Kidal, último bastión de los grupos islamistas armados en el extremo norte de Malí, cerca de la frontera con Argelia.
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