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Fotos: La burbuja inmobiliaria deja 'pueblos fantasma' por todo el mundo
Numerosas ciudades proyectadas como núcleos de prosperidad, se han convertido en símbolo del pinchazo de la burbuja inmobiliaria.
Tras el 'boom' de la construcción, la crisis económica sacudió con intensidad a España. Las enormes deudas de las empresas del sector y la caída del poder adquisitivo de la población y de la demanda en general, han dejado varias urbanizaciones gigantescas nuevas a medio construir y casi deshabitadas.
Este es el caso de la famosa macrourbanización de Seseña, entre Madrid y Toledo. Las obras se paralizaron debido al endeudamiento de la empresa constructora cuando estaban terminadas menos de la mitad de las 13.500 viviendas planeadas inicialmente. En total solo un 40% de los hogares han sido vendidos.
Un destino parecido vivió el proyecto llamado Ciudad Valdeluz, a pocos kilómetros de Guadalajara y "pensada para crecer", según un vídeo promocional. La construcción de las 10.000 casas cerca del recorrido del tren de alta velocidad (AVE) Madrid-Barcelona, se detuvo tras edificarse solo unas 2.000.
Pero España no es el único país donde la burbuja inmobiliaria dejó grandes proyectos urbanísticos vacíos al pincharse la burbuja con la llegada de la crisis. Adamstown es una famosa ciudad fantasma de Irlanda, a menos de 15 minutos de Dublín en coche. Unos 10.000 hogares iban a albergar a 25.000 personas, pero aun con un descuento del 50% en el precio de los pisos, solo unas 1.200 viviendas están habitadas.
Lejos de Europa, también hay localidades que no triunfaron, aunque su historia es algo diferente. En solo tres años, a 30 kilómetros de la capital de Angola, dos empresas chinas levantaron 750 edificios de ocho pisos, escuelas y locales comerciales. Pero los ingresos de la población son tan bajos que poca gente podría permitirse gastar hasta 100.000 dólares por una vivienda. Al final se vendieron solo dos centenares de pisos.
Curiosamente, en China, uno de los países más poblados del mundo, también hay ciudades en desuso. Las autoridades encargan la construcción de nuevas poblaciones con grandes torres de apartamentos para dar trabajo a centenares de obreros y fomentar así la economía. Chenggong, en la provincia de Yunnan, tiene unas 100.000 viviendas para habitar, pero no hay demanda y los precios son muy altos para la población media.
Este es el caso de la famosa macrourbanización de Seseña, entre Madrid y Toledo. Las obras se paralizaron debido al endeudamiento de la empresa constructora cuando estaban terminadas menos de la mitad de las 13.500 viviendas planeadas inicialmente. En total solo un 40% de los hogares han sido vendidos.
Un destino parecido vivió el proyecto llamado Ciudad Valdeluz, a pocos kilómetros de Guadalajara y "pensada para crecer", según un vídeo promocional. La construcción de las 10.000 casas cerca del recorrido del tren de alta velocidad (AVE) Madrid-Barcelona, se detuvo tras edificarse solo unas 2.000.
Pero España no es el único país donde la burbuja inmobiliaria dejó grandes proyectos urbanísticos vacíos al pincharse la burbuja con la llegada de la crisis. Adamstown es una famosa ciudad fantasma de Irlanda, a menos de 15 minutos de Dublín en coche. Unos 10.000 hogares iban a albergar a 25.000 personas, pero aun con un descuento del 50% en el precio de los pisos, solo unas 1.200 viviendas están habitadas.
Lejos de Europa, también hay localidades que no triunfaron, aunque su historia es algo diferente. En solo tres años, a 30 kilómetros de la capital de Angola, dos empresas chinas levantaron 750 edificios de ocho pisos, escuelas y locales comerciales. Pero los ingresos de la población son tan bajos que poca gente podría permitirse gastar hasta 100.000 dólares por una vivienda. Al final se vendieron solo dos centenares de pisos.
Curiosamente, en China, uno de los países más poblados del mundo, también hay ciudades en desuso. Las autoridades encargan la construcción de nuevas poblaciones con grandes torres de apartamentos para dar trabajo a centenares de obreros y fomentar así la economía. Chenggong, en la provincia de Yunnan, tiene unas 100.000 viviendas para habitar, pero no hay demanda y los precios son muy altos para la población media.
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