Sociedad
Argentinos libran una auténtica guerra contra las palomas que invaden la capital
En Buenos Aires la enorme cantidad de palomas causa el descontento de los vecinos que libran una auténtica guerra contra estas aves, conocidas mundialmente como símbolo de la paz.
De acuerdo con algunos estudios, en Buenos Aires, dependiendo de la época, llega a haber 1.000 palomas por kilómetro cuadrado.
El Gobierno de la ciudad recibe más de siete reclamos por día de vecinos desesperados por la invasión de estas aves. Se quejan de la suciedad, la mugre y del ruido que no los deja dormir. Sin embargo, como no ha habido ni un solo caso de transmisión de enfermedades provocado por palomas, no se las puede declarar una plaga ni combatirlas.
Por eso cada uno o dos días muchos ciudadanos enjaulan las aves y las trasladan a las zonas menos pobladas de la ciudad, lo que solo es una solución parcial, ya que las palomas suelen volver.
Las medidas que toman unos vecinos generan críticas de los defensores de las aves. Además, en la Policía aumentan las denuncias por casos de quienes hacen 'justicia por mano propia'.
Como las palomas son aves nómades, la superpoblación dura unos cuatro meses, mientras incuban, y luego su número se reduce notablemente. Sin embargo, los especialistas coinciden en que el fenómeno es casi imposible de erradicar, por lo que los vecinos tendrán que acostumbrarse a convivir con estos pájaros que seguramente volverán el próximo año.
El Gobierno de la ciudad recibe más de siete reclamos por día de vecinos desesperados por la invasión de estas aves. Se quejan de la suciedad, la mugre y del ruido que no los deja dormir. Sin embargo, como no ha habido ni un solo caso de transmisión de enfermedades provocado por palomas, no se las puede declarar una plaga ni combatirlas.
Por eso cada uno o dos días muchos ciudadanos enjaulan las aves y las trasladan a las zonas menos pobladas de la ciudad, lo que solo es una solución parcial, ya que las palomas suelen volver.
Las medidas que toman unos vecinos generan críticas de los defensores de las aves. Además, en la Policía aumentan las denuncias por casos de quienes hacen 'justicia por mano propia'.
Como las palomas son aves nómades, la superpoblación dura unos cuatro meses, mientras incuban, y luego su número se reduce notablemente. Sin embargo, los especialistas coinciden en que el fenómeno es casi imposible de erradicar, por lo que los vecinos tendrán que acostumbrarse a convivir con estos pájaros que seguramente volverán el próximo año.
comentarios