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Descubren un vínculo inesperado entre masticar chicle y el cáncer

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La goma de mascar libera cientos de diminutos trozos de plástico directamente en la boca de las personas, advirtieron los investigadores de la Universidad de California en Los Ángeles.
Descubren un vínculo inesperado entre masticar chicle y el cáncer

Masticar chicle libera cientos de microplásticos en la boca de las personas, que pueden dañar las células y el ADN, causar cambios en la actividad genética y aumentar el riesgo de desarrollar cáncer, según un estudio presentado este martes en la reunión de la Sociedad Química Estadounidense.

El chicle se compone principalmente de tres ingredientes básicos: una base gomosa (o polímero), edulcorante y saborizantes. Para la investigación, los científicos de la Universidad de California Los Ángeles (UCLA) realizaron una serie de experimentos con diez marcas de diferentes chicles: cinco naturales y cinco sintéticos para ver cuántos microplásticos podrían dejar escapar.

Primero, cada chicle fue masticado por una sola persona durante cuatro minutos, recogiendo muestras de saliva cada 30 segundos hasta el final. La dinámica se repitió siete veces con cada marca. Luego, se recogieron muestras repetidas de saliva para su análisis individual a lo largo de 20 minutos de masticación para determinar la velocidad a la que se liberaban los microplásticos de cada goma de mascar.

Para evaluar las muestras de saliva, las partículas de plástico se tiñeron de rojo y se contaron bajo un microscopio o se analizaron utilizando espectroscopia infrarroja, una técnica que identifica y caracteriza las moléculas.

100 microplásticos por gramo de chicle

Los investigadores descubrieron que tanto las gomas de mascar sintéticas como las naturales contenían los mismos tipos de polímeros y liberaban cantidades similares de microplásticos al masticarlas. Los productos de goma natural se elaboran con una base de caucho hecha de polímeros de origen vegetal como el chicle o la savia de otros árboles, mientras que los sintéticos utilizan polímeros derivados del petróleo.

Los polímeros más comunes para ambos tipos fueron las poliolefinas, un grupo de plásticos que incluye el polietileno (utilizado en las bolsas de plástico) y el polipropileno (utilizado en envases de plástico).

Los resultados revelaron que se liberaban un promedio de 100 microplásticos por gramo de chicle, que usualmente pesa entre 2 y 6 gramos, aunque algunas piezas liberaban hasta 600 microplásticos por gramo. Según los investigadores, una persona promedio mastica entre 160 y 180 chicles pequeños al año, lo que significa que ingiere alrededor de 30.000 microplásticos cada año solo a partir de la goma de mascar, además de las decenas de miles que consumen en otros alimentos y bebidas.

"Estamos expuestos a los plásticos en nuestra vida diaria"

Además, descubrieron que la mayor cantidad de microplásticos se libera durante los dos primeros minutos de masticación, a medida que se descompone el recubrimiento del chicle. A los ocho minutos, el 94 % de las partículas recogidas se habían liberado. En este sentido, los científicos sugieren masticar un chicle durante más tiempo en lugar de meterse uno nuevo a la boca.

"Nuestro objetivo no es alarmar a nadie", afirma Sanjay Mohanty, investigador principal y profesor de ingeniería de la UCLA, ya que el alcance total de los peligros para la salud humana sigue siendo desconocido. "No se han realizado ensayos con humanos. Pero sabemos que estamos expuestos a los plásticos en nuestra vida diaria, y eso es lo que queríamos examinar aquí", explicó.

Sin embargo, el estudio presentó algunas limitaciones, ya que solo pudo identificar partículas microplásticas que tenían al menos 20 micrómetros de ancho, por lo que es probable que los recuentos de partículas más pequeñas no hayan sido detectadas, afirma Mohanty.

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