La dieta cetogénica, mayormente conocida como dieta 'keto', es un plan alimenticio que consiste en aumentar el consumo de proteínas y reducir al máximo el de carbohidratos, buscando conducir al cuerpo a un estado de cetosis, en el que el organismo comienza a utilizar la grasa como fuente de energía.
Esta dieta se utilizó inicialmente para ayudar a reducir los ataques epilépticos en niños. Sin embargo, recientemente se ha probado su efectividad en la pérdida de peso rápida y la lucha contra enfermedades como la diabetes tipo 2 y la obesidad. De acuerdo con un estudio, 34 adultos mayores que siguieron una alimentación muy baja en carbohidratos por ocho semanas lograron perder casi cinco veces más grasa corporal total que aquellos que siguieron una dieta baja en grasa.
Existen diferentes variantes de esta dieta, aunque siguen parámetros similares. La primera es la dieta cetogénica estándar, que consiste normalmente en un 70 % de grasas, 20 % de proteínas y solo un 10 % de carbohidratos. Luego le sigue la cetogénica cíclica, con cinco días de bajos niveles de carbohidratos seguidos de dos días de recarga.
También está la dieta 'keto' dirigida, que permite añadir carbohidratos alrededor de los entrenamientos físicos, y la dieta cetogénica alta en proteínas, en la que la proporción suele ser de 60 % de grasas, 35 % de proteínas y 5 % de carbohidratos.
Pocas frutas y verduras
Generalmente, se recomienda la ingesta de grasas insaturadas saludables, como la de los frutos secos, las semillas, el aguacate, el tofu y el aceite de oliva. No obstante, algunas variantes incluyen el consumo de lípidos saturados, como aceite de palma o coco, manteca de cerdo o cacao y mantequilla.
A esto se le suma el consumo de proteínas, normalmente sin distinción entre carnes magras y las de alto contenido en grasas saturadas. También se reduce la ingesta de frutas y verduras, ya que la mayoría tiene altos niveles de carbohidratos. Por lo general, se incluyen las bayas en pequeñas porciones y las verduras de hoja verde, la coliflor, el brócoli, las coles de Bruselas, los espárragos, los pimientos, las cebollas, el ajo, los champiñones, el pepino, el apio y los calabacines.
Entrar en el estado de cetosis
El objetivo principal de la dieta 'keto' es entrar en el estado de cetosis. En lugar de depender de la glucosa, que proviene de los carbohidratos, para generar energía, esta dieta obligará al organismo a utilizar como combustible a los cuerpos cetónicos, un tipo de compuesto químico que produce el hígado a base de grasa acumulada.
Sin embargo, llegar hasta este punto no es tan sencillo, ya que existen varios factores que pueden interferir. Principalmente, la privación extrema de carbohidratos, menos de 20 a 50 gramos por día, es bastante complicada, considerando que sola una banana mediana contiene unos 27 gramos. En compensación, se aumenta el consumo de proteína, que, a su vez, puede interferir con la cetosis.
Deficiencia de nutrientes
La 'keto' también puede tener consecuencias en el funcionamiento del cuerpo. Por un lado, bajar el consumo de frutas y verduras puede provocar una deficiencia de nutrientes como selenio, magnesio, fósforo y vitaminas B y C. Además, al aumentar los niveles de grasa por metabolizar, este tipo de alimentación podría empeorar cualquier afección hepática preexistente.
Otra consecuencia podría ser el desarrollo de problemas renales, ya que los riñones se pueden ver sobrecargados de proteínas. Asimismo, la 'keto' puede causar estreñimiento por la falta de fibra, así como confusión mental y cambios de humor, puesto que el cerebro funciona mejor cuando trabaja con carbohidratos saludables.









