Estados Unidos depende, en gran medida, de las baterías chinas para estabilizar la red eléctrica y satisfacer la creciente demanda de energía de sus centros de datos, por lo que varios analistas creen que la nueva serie de restricciones anunciadas por China a la exportación de sus acumuladores podría tener un impacto importante en las empresas estadounidenses, informó este sábado Bloomberg.
Las restricciones del país asiático, que está previsto que entren en vigor el 8 de noviembre, abarcan una amplia gama de la cadena de suministro de baterías. Incluyen baterías de iones de litio a gran escala utilizadas para el almacenamiento de energía, así como materiales para cátodos y ánodos y maquinaria para la fabricación de baterías, tecnologías en las que China acumula una sólida ventaja.
Al igual que sucedía con restricciones anteriores, las nuevas normas exigen que las empresas de baterías obtengan licencias del Ministerio de Comercio chino antes de exportar sus productos, lo que permite a Pekín utilizar selectivamente las exportaciones como arma, destaca el medio.
"Si bien no afecta a una gama tan amplia de industrias como otros controles de exportación chinos, el dominio de China en las cadenas de suministro de baterías les permite ejercer una fuerte presión, algo que las empresas estadounidenses podrían percibir rápidamente", comentó Matthew Hales, analista especializado en comercio y cadenas de suministro de BloombergNEF.