Algunos medios, los que pueden darse el lujo se subir la mirada, informaban en estos días sobre el extraño cometa 3I/ATLAS, que supuestamente no se destruyó acercándose al Sol, lo que según el astrofísico estadounidense Avi Leb indicaría su origen artificial, despertando sueños y pesadillas relacionados con los extraterrestres. Con algo de envidia pensé en las mentes privilegiadas que en vez de seguir las estériles y repetitivas discusiones sobre los Trump, Rubio, Netanyahu y demás, todavía pueden divagar en otros espacios estelares desde donde el verdadero tamaño de todos los problemas de la humanidad tiende a cero. Pensé, qué bello es soñar, o inventar temas que nos visten de alas para poder volar hacia la luz que hace millones de años despertó la vida en polvo y piedra que éramos en nuestra oscura prehistoria. Verdades o mentiras, no importa, pero algo inspirador es importante y siempre merece la pena discutirlo.
Cuando se mencionan las particularidades en el comportamiento del 3I/ATLAS, se nos presenta de una manera que al parecer es intencional para hacernos sentir aún más ignorantes y, cuando nos acercamos a alguna comprensión, la prensa científica se lavó las manos y pasó a otros chismes. Unos dijeron que la NASA le esconde a la humanidad una información de extrema relevancia y otros responden que las teorías conspirativas desde hace tiempo no dejan trabajar tranquilo a los científicos ni a los políticos. Llegaron los tiempos en los que es prácticamente imposible distinguir noticias falsas de verdaderas, y los dueños de los medios, que suelen ser los verdaderos dueños del poder, nos muestran el mundo como quieren que lo veamos.
Mientras unos satélites están observando las profundidades del espacio, los aparatos electrónicos de alta precisión de los mismos dueños siguen observando e interviniendo los microcosmos del mundo genético humano. Lamentablemente, su objetivo no es el conocimiento del universo para el bien de la humanidad. Sus razones de existir son otras: negocios, competencia y el poder de sus dueños, que son grupos privados que desde hace mucho se sienten muy por encima de cualquier nación o Estado y de todo lo terrenal. La tarea de la prensa, que está en las manos y a los pies de ellos, es disfrazar esta simple verdad de cualquier ruido, construyendo ya no solo un reino colateral, sino un manicomio de este reino, en donde la ignorancia implantada como norma general impida la mínima posibilidad de cualquier pregunta importante. Se hace todo para que nadie relacione nada con nada. Un medio meteorito medio ovni cruza el mismo espacio de representación, con la euforia sensacionalista de que por fin logramos dominar nuestra construcción genética. A partir de ahora vamos a poder nacer todos bellos, inteligentes y muy saludables. El sistema le vende a la humanidad el mismo concepto de 'progreso' que las bandas de los conquistadores ofrecían a los pueblos recién 'descubiertos' a cambio de sus tierras y su oro.
El periódico británico The Times publicó en junio de este año un artículo titulado "Un controvertido proyecto se propone crear ADN humano sintético". Se trata de un proyecto llamado SynHG (Synthetic Human Genome), financiado con 10 millones de libras esterlinas por el Wellcome Trust, una organización farmacéutica inglesa creada hace casi un siglo por un magnate "para mejorar la salud humana y animal". El objetivo del proyecto es desarrollar tecnología para crear ADN humano sintético desde cero; es decir, ni siquiera reeditar los genes existentes, sino escribir las secuencias de ADN humano completas en un laboratorio con una precisión industrial.
En general estamos tocando aquí uno de los temas más reservados de la ciencia moderna, convertida por el capitalismo financiero en una infalible herramienta para sus grandes negocios. Obviamente los medios, las leyes y las redes sociales que representan los intereses de estos grandes grupos económicos no dejan de repetirnos el mantra de la 'ética empresarial', pero sabemos bien cómo se mueve su mundo. El dominio de los secretos de la genética humana promete no solo un negocio astronómico con el diseño científico de los bebés 'perfectos', sino una especie de inmortalidad para esos dueños del capital. La fusión de sus cuerpos con la máquina, reemplazando los órganos caducados y renovando los cinco sentidos junto a la mejora del desempeño neuronal.
Es muy fácil disfrazar esta noticia de gran avance humanista de la ciencia, para que todos podamos vivir más y mejor, pero no es para todos. Es solo para ellos y un poco para quienes, aparte de la aspiración de ser como ellos, tendrán el poder adquisitivo. Es el Lego global del sistema para armar una raza superior, la que tendrá cualquier color de piel, sexo y apariencia física que se quiera. Pero, sobre todo, una supremacía intelectual y física para poder dominar a todo el mundo, donde quedarían viviendo solo los que les sean útiles.
En este tipo de proyectos participan muchos de los muy pocos. Es curioso que sus inquietudes astronómicas coincidan con sus intereses genéticos. Allí están Peter Thiel, Elon Musk, Mark Zuckerberg, Larry Page, Sergey Brin, Larry Ellison, Reid Hoffman, Jensen Huang, Palmer Luckey, Sam Altman, Yuri Milner, Marc Andreessen, Vinod Khosla, Jeff Bezos y algunos inversionistas menores. Tienen unas colosales fortunas. Buscan la inmortalidad y el poder celestial, lo que dentro de su delirio son una sola cosa. El sueño de Hitler sobre el superhumano ario que se construía, entre otras cosas, en los laboratorios de los campos de concentración ahora es retomado por los grandes grupos financieros y las farmacéuticas, que aparte de vacunas y drogas invierten generosamente en genética como pilar clave para el poder absoluto.
Hace unos días en Wall Street Journal apareció el artículo "Los titanes tecnológicos intentan crear bebés genéticamente modificados". Aquí van algunas citas:
"[…] Preventive está a la vanguardia de un número creciente de empresas emergentes, financiadas por algunas de las personas más poderosas de Silicon Valley, que están ampliando los límites de la fertilidad y trabajando para comercializar tecnologías genéticas reproductivas. Algunas están trabajando en la edición de embriones, mientras que otras ya están vendiendo herramientas de cribado genético que tratan de tener en cuenta la influencia de docenas o cientos de genes en un rasgo. Afirman que su objetivo final es producir bebés libres de enfermedades genéticas y resistentes a las enfermedades. Algunos afirman que también pueden dar a los padres la posibilidad de elegir embriones que tengan un coeficiente intelectual más alto y rasgos preferidos, como la altura y el color de los ojos […]”.
"[…] Armstrong, el multimillonario de las criptomonedas, lidera la iniciativa para hacer realidad la edición de embriones […] Ha organizado cenas privadas ocasionales para reunir a la élite de Silicon Valley con expertos en edición genética. Según personas con las que ha hablado, uno de los planes que Armstrong barajó era que una empresa trabajara en secreto y revelara un bebé sano creado mediante ingeniería genética antes de que la comunidad científica y médica tuviera oportunidad de oponerse, un salto destinado a conmocionar al mundo para que lo aceptara […]”.
"[…] Algunos miembros de la comunidad científica se muestran escépticos con respecto a los planes y objetivos de la empresa. 'Estas personas no están trabajando en enfermedades genéticas', afirmó Fyodor Urnov, director del Instituto de Genómica Innovadora de la Universidad de California, Berkeley. 'O mienten, o están delirando, o ambas cosas. Estas personas, armadas con sacos de dinero muy mal invertidos, están trabajando en la «mejora de los bebés»' […]".
"[…] El rendimiento de las inversiones en tecnología embrionaria sigue siendo incierto, a pesar de que se espera que el mercado estadounidense de la fecundación 'in vitro' crezca de aproximadamente 3.500 millones de dólares en 2023 a más de 5.000 millones en 2028, según un estudio de mercado de McKinsey […]”.
La inteligencia humana (y seguramente extraterrestre, recordando el objeto espacial 3I/ATLAS que no se destruyó acercándose al Sol) ha creado resultados infinitamente maravillosos. Los conocimientos y las tecnologías modernas con creces superan los límites de cualquier milagro sobrenatural, o de lo que entendíamos como esto hace solo unas décadas. Esta enorme sabiduría es el mejor argumento de la gran esperanza en el futuro, que persiste mientras en este planeta haya por lo menos un hombre vivo. ¿Cómo les quitamos este gran conocimiento, que es de todos, de las manos de una pandilla de seres prehistóricos, primitivos y totalmente irresponsables enloquecidos por el poder?

